martes, 15 de septiembre de 2009

Viviendo el presente

Había perdido la capacidad de pensar en el futuro, y por mucho que intentara imaginarlo, no lo veía, no veía nada en absoluto. El único futuro que me había pertenecido era el presente que estaba viviendo y la lucha por permanecer en ese presente había borrado gradualmente lo demás. Ya no tenía ideas. Los momentos se desplegaban uno tras otro y en cada momento el futuro se alzaba delante de mí como un vacío, una página en blanco de incertidumbre. Si la vida era una historia, y cada persona era el autor de su propia historia, entonces yo me la iba inventando sobre la marcha. Trabajaba sin argumento, escribiendo cada frase según me venía y negándome a pensar en la siguiente. Todo eso estaba muy bien, pero ahora no se trataba de si era capaz de escribir la historia improvisándola. Eso ya lo había hecho. La cuestión era qué iba a hacer cuando la pluma se quedara sin tinta...

Estas palabras expresan por completo cada uno de mis sentimientos. El principal motivo por el que me siento incapaz de imaginar un futuro es porque nunca sabes que ocurrirá. Admiro su manera de ilusionarse y la facilidad de entregarse a alguien que acaba de conocer. A mi me cuesta ilusionarme, confiar en las personas y sobre todo mostrar mis sentimientos sin embargo sigo cometiendo errores. Prefiero que las cosas sucedan poco a poco y escribir un fragmento breve pero lleno de sentimientos reales.

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